viernes, 28 de octubre de 2011

BRIGHTON 64

He descubierto en youtube todo un incunable,, una actuación en Musical Express con Daniel Cros como cantante

http://www.youtube.com/user/comediscos











Para quien aún no los conozca, os pego una buena biografía realizada por Pablo Vaquero, para el portal popes80:

Pioneros y paladines del modernismo español de la década, se agruparon en Barcelona hacia 1981, tras un viaje de Ricardo ‘Ricky’ Gil a las islas británicas que le liga para siempre con la iconografía mod. Y es que lo de Brighton 64 era verdadera apología del mod inglés, empezando por su evocador nombre y continuando por un sinfín de muestras de apasionada militancia juvenil, llegando incluso a efectuar sus primeros conciertos con una Union Jack presidiendo el escenario.

Con el mencionado Ricky como bajista (con un Rickenbacker 4001, of course), su hermano Albert a la guitarra rítmica, un efímero vocalista y guitarrista (Dani) y un batería llamado Toni (que sustituía en el puesto a un tal Quimo) B-64 da sus primeros pasos musicales en la Ciudad Condal ayudando -sin duda- a la consolidación de la joven escena local. Poco después, en 1982 graban un directo para el programa de TVE ‘Musical Express’ junto a otras bandas de su misma comarca; unas imágenes emitidas el 18 de julio de aquel año y que hoy son todo un documento testimonial de los primeros tiempos del mod catalán. Meses después, ya en 1983, registran su primer disco para el sello barcelonés Flor y Nata (FYN), con Ricky como vocalista tras el abandono de Dani y con Carles (guitarra solista) recién incorporado al combo. Los temas registrados en aquel primer vinilo (“Barcelona Blues”, “JP”, “La calle dónde yo caí” y “Te da igual”) estaban grabados de forma deficiente y ejecutados con una técnica bastante pobre; los solos de su guitarrista (que había llegado a grabar con Los Intocables de Loquillo) eran el único y dudoso alarde instrumental del disco y una buena muestra de que aquel debut discográfico fue del todo precipitado. Pero, a pesar de todo, la fiel concurrencia militante les apoya y el disco se vende como rosquillas en toda España, lo que anima a FYN a mantener al grupo en catálogo. Los inevitables cambios de formación comienzan a sucederse, y Ricky y Albert llegan a formar Las Novias, un grupo paralelo con un teclista y una cantante (María) dando un respiro al proyecto de B-64. Pero, pocos meses después, con la ayuda de Andrés, el batería de Killwatts (y más tarde en Kamembert) los hermanos Gil registran un potente single que demuestra que han aprendido bien la lección: Dos temas muy bien escogidos de su propio repertorio (“Deja de tocar a mi chica” y “No volverán”) una instrumentación bastante correcta en su línea más Chords, buenas letras y unas voces mejor moduladas que en su pobre carta de presentación discográfica. A finales de año B-64 toca en directo ante cientos de mods europeos en una concentración internacional celebrada en Roma, pero el grupo no acaba de culminar su estabilidad como banda.

Tras varios devaneos con el grupo paralelo mencionado anteriormente y el fantasma de la disolución pisándoles los talones, en 1985, Brighton 64 reaparece en el circuito musical sorprendiendo gratamente a todo el público. Habían incorporado a Tino Peralbo como batería estable, se notaban las lecturas de Tom Wolfe y mostraban más pulida su –quizás- exacerbada pasión mod; su imagen rebasaba con creces los tópicos (absolutamente todas sus portadas fueron siempre de primera categoría) y, finalmente, empezaba a notarse su querencia por el pop-art y el soul de la Tamla Motown y la Stax de los años sesenta. Aquel año se publica su primer álbum, “Haz el amor”, un excelente trabajo editado por Twins que, debido a su penosa distribución, no cala del todo en el público. Pero lo mejor estaba por llegar; consolidada su formación como cuarteto con Jordi Fontich como teclista (hammond, piano y samplers de metales) en 1986 publican con EMI el maxi single “La casa de la bomba”, detonante de su segundo álbum “El problema es la edad”. Temas como los que dan título a los dos vinilos (ambos incluidos en el elepé) y otros cortes como “El mejor cocktail”, “La ley del mínimo esfuerzo”o “La calle 46 (Club Negro)”, entre otros, son buenas muestras de que el grupo ha madurado y que su directo ya no tiene nada que envidiar al de las mejores bandas de rock del estado.

Ya en 1987 la banda barcelonesa lo tenía casi todo a sus pies, menos a su disquera multinacional contenta. EMI esperaba más ventas de aquellos vinilos, y una nula promoción no ayudó a solventar una crisis que no tardó en hacer acto de presencia. Sin sello que les grabase y con la veintena rebasada con creces, Albert y Ricky empezaron a darse cuenta que existía vida al margen del movimiento mod, del cual –en un principio- se fueron desvinculado poco a poco. A renglón seguido, los hermanos Gil montaron otro combo llamado los Brigatones, que a su vez daría paso a otra nueva banda, Matamala, con una línea bastante cercana a los parámetros de su primera banda. No volvieron a tocar en concentraciones de mods, pero, a su manera, siguieron apoyando la escena estatal con la edición de discos recopilatorios de bandas olvidadas y los nuevos trabajos de jóvenes promesas. Y todo ello lo hicieron desde su propio sello, Al-eluia Records, ya entrada la década de los 90. Pero eso ya pertenece a otra historia.